La molienda de la uva se hace en las instalaciones de la Bodega, y consiste en triturar los racimos de uva y almacenar el mosto en los bidones de acero inoxidable, donde empieza a fermentar para conseguir el preciado vino. Tres generaciones de bodegueros se reúnen para esta labor, y es que las Bodegas García Gil elaboran su propio vino desde hace más de 50 años.